lunes, 9 de abril de 2007

El propósito del currículum actual y la realidad de Hispanoamérica

Soy católico, y este fin de semana estuve, como siempre, presente en diferentes actividades y tradiciones que conciernen a la Semana Santa. En un momento comencé a ver desde un punto de vista crítico a la labor de la iglesia y cómo esto ha influido en la educación. De esto se trata. Entro a la iglesia y el cura habla (en tiempos de mi madre, incluso en latín, algo que se desea vuelva, con lo que estoy de acuerdo) y mientras lo hace, la gente escucha. Entonces, tenemos una teoría que es lo que dice la Biblia, muchas veces escrita en un lenguaje críptico y que deja espacio a muchas interpretaciones. Y la gente necesita respuestas, entonces recurre a la iglesia y a lo que el ‘docente eclesiástico’ interpreta. Es cabría dentro del Positivismo. La gente actúa de forma pasiva y así ha sido desde la colonia e incluso desde el tiempo de los Reyes Católicos de España, en el que la religión católica se impone y ratifica con la expulsión de los judíos, limpiando los reinos de otras religiones e ideologías. En el fondo, lo que se propagó es una tradición en que existe gente que impone y otra que acepta, razón de diferencias sociales e injusticias del mismo orden que imperan en España y en América Latina hasta hoy. Por eso podemos contrastar el avance de países desligados hace tiempo ya del Obispo de Roma con los de otros, como Chile, en los que continúa imperando este fidei defensor. Claro los países más afortunados son luteranos y eso va acompañado que desde hace tiempo el sistema de educación ya buscaba el aprendizaje significativo, desde un enfoque práctico y hasta crítico. Por esos avanzaron más en temas de investigación, mientras los católicos, de forma casi inconsciente, continuaban aceptándolo todo, y a quienes decían lo contrario, los callaban. Y esto continuará. Por más que la educación en Chile trate de cambiar, nunca podrá llegar a donde los desarrollados han llegado. La educación ERA la forma de cambiar la realidad del país. Ahora, los que YA la aprovecharon, van un paso más adelante y en Chile y Latinoamérica deberemos elaborar políticas educacionales orientadas a suplir necesidades de los ya desarrollados o tratar de que las futuras generaciones traten de ‘adaptarse’ a lo ya impuesto (y volvemos a las raíces del catolicismo).

Palabras para un joven hispanoamericano con ciertas características

Por eso, si eres un joven latinoamericano el que está leyendo esto, recuerda mi siguiente conclusión: el sueño americano acá no existe. Si tus padres y abuelos nunca supieron lo que es la universidad o relacionarse con buenas familias y tu idea es tener educación, reconocimiento y agua gratis, pues toma tus maletas y una balsa y te vas a Cuba o Venezuela. En Latinoamérica y España las cosas siguen igual que hace muchos siglos y lo más probable es que no cambien. Si hoy estás en la universidad es porque las necesidades del país crearon el programa de estudios en el que estás inmerso. Y el país está controlado, fue controlado y lo será por las mismas familias de siempre o por quienes saben relacionarse con ellas. Existen cosas más importantes en el país que tu madre se arregle los dientes o tener jabón para quitarse la mugre. Hay gente que está arriba que se preocupa de cosas importantes y estará siempre ahí. Y si no te gusta o si eres de esos que se quedan de boca abierta al ver un baño decente, y realmente quieres saborear el éxito o cumplir esos pequeños deseos como, aunque no entiendas de que se trata, sentarte en un café de Isidora Goyenechea sin que la gente del lugar te mire con cara de ‘¿Y de dónde salió este indio?’, pues puedes ir nuevamente ir tomando tus maletas y comprando un ticket para Estados Unidos, porque allá desde hace mucho que no piensan como hispanoamericanos y cualquiera puede cumplir su sueño. Un sueño condicionado, claro, por el sistema imperante que es donde gente como tú es dominada, un sueño que tiene más bien que ver con suplir necesidades con dinero. Tus necesidades espirituales, el orgullo por tus orígenes (esos ligados a la familia, que lo más probable es que ignoras, niegas o debes pasar por un proceso para tan sólo aceptarlos) y los valores, entre otras cosas, pasan a un segundo plano cuando se trata de llevarte algo a la boca. Por eso, si respondes a estas características, lo mejor es que te adaptes a una cultura distinta donde tú puedas lograr lo que en Hispanoamérica tanto te cuesta: ser feliz.

Atte.,

Gonzalo A. Luengo O. (CC-BY-NC-ND)

1 comentario:

curriculum y evaluacion dijo...

Estimado Gonzalo:
Me parecen bastante "fuertes" tus comentarios, especialmente en que se refiere al joven hispanoamericano. Noto en el un sesgo negativo y los sueños muy materialistas. Nuestro paìs tienes muchos aspectos rescatables dependiendo de la óptica que se mire.
Sugiero revises los aporte de la iglesia católica a la educación, entre ellos a los jesuitas y los franciscanos. ¿Para qué volver al latín?